En la terapia de pareja atendemos la relación, básicamente porque todos los problemas son de relación, ya sea con uno mismo, el otro o el entorno. Dado que el proceso terapéutico es complejo, por un lado miramos lo no resuelto en cada persona, y desde ahí, atendemos lo que está pasando en la pareja y en el resto de sus relaciones ( con la familia de origen, con los hijos, etc…).
La terapia de pareja consiste en ir poniendo un poco de luz en aquellos asuntos disfuncionales que generan dolor y tensión en el vínculo. Para ello, ofrecemos un espacio de no juicio y cuidado donde la pareja, a través del propio proceso, va a ir descubriendo cómo y para qué se hacen daño.
Cada pareja es diferente y, por tanto, los motivos de consulta pueden ser diversos. Aun así, lo habitual suele ser acudir a terapia cuando se está en una “crisis de pareja”. Esto suele darse cuando nos hacemos daño en nuestra forma de amarnos o cuando estamos dejando de amarnos.
A lo largo del proceso solemos pasar de mirar al otro como el causante de nuestro sufrimiento a empezar a hacernos cargo de nuestra parte del conflicto (responsabilidad).
Los motivos más habituales de consulta en la Terapia de Pareja suelen ser:
– Problemas de comunicación
– Gestión del deseo a terceras personas
– Dificultades en la sexualidad, afectividad e intimidad
– Control de impulsos ( agresividad, etc)
– Crianza y familias de origen